miércoles, 7 de diciembre de 2016

Marco teorico

Antecedentes de las prácticas de crianza
Diferentes estudios realizados tanto a nivel nacional como internacional relacionados con las diferentes prácticas de crianza, nos permiten darnos cuanta como este fenómeno afecta no solamente a los hijos sino también  a los padres y por ende se convierte en un tema de salud pública. Algunas investigaciones han podido analizar el impacto que puede llegar a tener los diferentes conflictos de los padres y que se dan en las diferentes prácticas de crianza
Algunos de los resultados de dichas investigaciones, confirmaron la relación significativa existente entre conflictividad de pareja y las conductas de crianza mantenidas con los hijos. Según David Cantón-Cortés. José Cantón Duarte. María Aurelia Ramírez Castillo (2014) antecedentes de las prácticas de crianza: el papel de los conflictos entre los padres parenting behaviors antecedents: the role of the parental conflicts. Afirman que la calidad de la relación de pareja es un factor crítico en la conformación del ambiente en el que se desarrollan los hijos. Los estudios han demostrado que la relación de pareja constituye la base de la cohesión familiar y contribuye a la calidad global de la vida en familia. Se ha comprobado que los procesos que intervienen en la relación de pareja, y muy especialmente los conflictos, afectan al bienestar de los hijos y a su nivel de adaptación (Adler et al., 2013; Buehler et al., 2006; Malik y Rohner, 2012). La influencia de los conflictos entre los padres se ha comprobado que es una variable fundamental de los procesos de familia, independientemente de la estructura familiar. La bibliografía empírica se ha limitado en su mayor parte a la conflictividad manifiesta, incluyendo conductas de expresiones verbales de cólera o incluso violencia física.
En general, los resultados de muchos de los estudios realizados tanto a hijos como padres, han demostrado de forma abrumadora y consistente la existencia de una asociación entre calidad en la relación de pareja y conductas de crianza (Adler et al., 2013; Buehler et al., 2006; Malik y Rohner, 2012). Las características de la muestra (sexo de padres e hijos, estructura familiar, metodología) podrían explicar una amplia variabilidad en la asociación entre conflictos y crianza.


Importancia de la crianza para el ser humano y la sociedad: ¿de qué crianza hablamos?
La crianza es un proceso importante para el ser humano, las familias, los actores sociales y la sociedad en general. Esta trasciende la función de preservación de la especie para convertirse en la base de todo proyecto social y resulta decisiva en la construcción del tejido generacional sobre el cual se cimienta una parte significativa del desarrollo humano, la necesidad de ofrecer mejores condiciones de vida para llevar una crianza valorada y productiva implica una triple dimensión: ética, política y socioeconómica. La ética hace referencia a las condiciones de justicia en cuanto a las oportunidades que las familias tienen para desarrollar la crianza que valoran. La política tiene que ver con la responsabilidad del Estado para garantizar los derechos y las oportunidades. Como parte de la construcción de lo público y la democracia, los cuidadores significativos alzan su voz para ejercer la lucha contra las injusticias y la vulneración de los derechos en pos de dignificar la crianza, Finalmente, la dimensión socioeconómica implica no solo las connotaciones socioeconómicas que configuran la crianza, sino también las consecuencias que para la sociedad en su conjunto tiene la crianza que finalmente logren realizar los cuidadores significativos y sus familias.
La crianza no puede ser considerada como un conjunto estático de acciones y reacciones o de prácticas culturales interiorizadas o patrones tradicionales bajo la intervención masiva de los expertos, que además la refuerzan como una realidad privada, esta debe ser entendida como un proceso dinámico generador de nuevas interpretaciones y de sentidos construidos, fruto de las particularidades de cada familia y del medio sociocultural que configuran contextos familiares heterogéneos. En un contexto de diversidad y pluralidad que ocasionan tensiones, es clara la inexistencia de una sola forma “adecuada” de practicar la crianza, pues en realidad hay múltiples crianzas que no siempre se conocen ni se comprenden bien.
En efecto, se plantea reconocer la crianza, como un “complejo histórico, sociocultural y ontológico”, constituye una aproximación teórica más amplia y dinámica que recoge los elementos ya argumentados, en contraste con la visión biomédica, que es una mirada reduccionista.
Según Diana Paola Betancourt Loaiza, Fernando Peñaranda Correa (2016) La crianza como asunto fundamental para una salud pública alternativa. Afirma que La crianza ha soportado una continua tensión entre lo público y lo privado como consecuencia de una larga evolución de transformaciones en la historia de la infancia, que muestran diferentes configuraciones de las familias y las formas de cuidado infantil. Con la revolución industrial inglesa del siglo XVIII, se consolidó una división tajante entre lo público y lo privado, que atribuía a lo privado (hogar, lugar cálido), entre otras, la función de la crianza, desarrollada principalmente por las mujeres (en particular, lo referente al cuidado de los niños), mientras que en lo público (trabajo, lugar frío) se situaba la responsabilidad laboral y política de los hombres, relacionada con la dimensión coactiva/colectiva, en expresión de Bobbio citado por Santillán.
En contraste con lo público de la crianza pero además de la salud pública Granda retoma a Manuel Castell para sustentar la necesidad de transformar este campo disciplinar en “una práctica social/multidisciplinar/potencial poder en el flujo, donde el Estado es un nodo más y muy importante”, esto no quiere decir que el Estado pierda sus obligaciones sobre la salud de la población, sino que ante la pérdida de su poder y soberanía como resultado de su transformación como intermediador, ya no puede decidir qué acciones de salud pública deben ser o estar presentes, aunque se reconoce que la familia constituye un escenario esencial de la crianza, también habría que aceptar que no es su único nicho, pues demanda un escenario comunitario donde confluyan la acción de los miembros de las familias y la articulación de actores sociales e institucionales como redes de apoyo social. En el espacio público es donde pueden atenderse intereses y necesidades que requieren tramitarse a través de organización y participación para la generación de oportunidades en las localidades concretas.


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