Antecedentes de las prácticas de crianza
Diferentes
estudios realizados tanto a nivel nacional como internacional relacionados con
las diferentes prácticas de crianza, nos permiten darnos cuanta como este
fenómeno afecta no solamente a los hijos sino también a los padres y por ende se convierte en un
tema de salud pública. Algunas investigaciones han podido analizar el impacto
que puede llegar a tener los diferentes conflictos de los padres y que se dan
en las diferentes prácticas de crianza
Algunos
de los resultados de dichas investigaciones, confirmaron la relación
significativa existente entre conflictividad de pareja y las conductas de
crianza mantenidas con los hijos. Según David Cantón-Cortés. José Cantón
Duarte. María Aurelia Ramírez Castillo (2014) antecedentes de las prácticas de
crianza: el papel de los conflictos entre los padres parenting behaviors
antecedents: the role of the parental conflicts. Afirman que la calidad de la
relación de pareja es un factor crítico en la conformación del ambiente en el
que se desarrollan los hijos. Los estudios han demostrado que la relación de
pareja constituye la base de la cohesión familiar y contribuye a la calidad
global de la vida en familia. Se ha comprobado que los procesos que intervienen
en la relación de pareja, y muy especialmente los conflictos, afectan al
bienestar de los hijos y a su nivel de adaptación (Adler et al., 2013; Buehler
et al., 2006; Malik y Rohner, 2012). La influencia de los conflictos entre los
padres se ha comprobado que es una variable fundamental de los procesos de
familia, independientemente de la estructura familiar. La bibliografía empírica
se ha limitado en su mayor parte a la conflictividad manifiesta, incluyendo
conductas de expresiones verbales de cólera o incluso violencia física.
En
general, los resultados de muchos de los estudios realizados tanto a hijos como
padres, han demostrado de forma abrumadora y consistente la existencia de una
asociación entre calidad en la relación de pareja y conductas de crianza (Adler
et al., 2013; Buehler et al., 2006; Malik y Rohner, 2012). Las características
de la muestra (sexo de padres e hijos, estructura familiar, metodología)
podrían explicar una amplia variabilidad en la asociación entre conflictos y
crianza.
Importancia
de la crianza para el ser humano y la sociedad: ¿de qué crianza hablamos?
La
crianza es un proceso importante para el ser humano, las familias, los actores
sociales y la sociedad en general. Esta trasciende la función de
preservación de la especie para convertirse en la base de todo proyecto social
y resulta decisiva en la construcción del tejido generacional sobre el cual se
cimienta una parte significativa del desarrollo humano, la necesidad de ofrecer
mejores condiciones de vida para llevar una crianza valorada y productiva
implica una triple dimensión: ética, política y socioeconómica. La ética
hace referencia a las condiciones de justicia en cuanto a las oportunidades que
las familias tienen para desarrollar la crianza que valoran. La política tiene
que ver con la responsabilidad del Estado para garantizar los derechos y las
oportunidades. Como parte de la construcción de lo público y la democracia, los
cuidadores significativos alzan su voz para ejercer la lucha contra las
injusticias y la vulneración de los derechos en pos de dignificar la crianza,
Finalmente, la dimensión socioeconómica implica no solo las connotaciones
socioeconómicas que configuran la crianza, sino también las consecuencias que
para la sociedad en su conjunto tiene la crianza que finalmente logren realizar
los cuidadores significativos y sus familias.
La
crianza no puede ser considerada como un conjunto estático de acciones y
reacciones o de prácticas culturales interiorizadas o patrones tradicionales
bajo la intervención masiva de los expertos, que además la refuerzan como una
realidad privada, esta debe ser entendida como un proceso dinámico generador de
nuevas interpretaciones y de sentidos construidos, fruto de las
particularidades de cada familia y del medio sociocultural que configuran
contextos familiares heterogéneos. En un contexto de diversidad y pluralidad
que ocasionan tensiones, es clara la inexistencia de una sola forma “adecuada”
de practicar la crianza, pues en realidad hay múltiples crianzas que
no siempre se conocen ni se comprenden bien.
En
efecto, se plantea reconocer la crianza, como un “complejo histórico,
sociocultural y ontológico”, constituye una aproximación teórica más amplia y
dinámica que recoge los elementos ya argumentados, en contraste con la visión
biomédica, que es una mirada reduccionista.
Según
Diana Paola Betancourt Loaiza, Fernando Peñaranda Correa (2016) La crianza como
asunto fundamental para una salud pública alternativa. Afirma que La crianza ha
soportado una continua tensión entre lo público y lo privado como consecuencia
de una larga evolución de transformaciones en la historia de la infancia, que
muestran diferentes configuraciones de las familias y las formas de cuidado
infantil. Con la revolución industrial inglesa del siglo XVIII, se
consolidó una división tajante entre lo público y lo privado, que atribuía a lo
privado (hogar, lugar cálido), entre otras, la función de la crianza,
desarrollada principalmente por las mujeres (en particular, lo referente al
cuidado de los niños), mientras que en lo público (trabajo, lugar frío) se
situaba la responsabilidad laboral y política de los hombres, relacionada con
la dimensión coactiva/colectiva, en expresión de Bobbio citado
por Santillán.
En
contraste con lo público de la crianza pero además de la salud pública Granda retoma
a Manuel Castell para sustentar la necesidad de transformar este campo
disciplinar en “una práctica social/multidisciplinar/potencial poder en el
flujo, donde el Estado es un nodo más y muy importante”, esto no quiere decir
que el Estado pierda sus obligaciones sobre la salud de la población, sino que
ante la pérdida de su poder y soberanía como resultado de su transformación
como intermediador, ya no puede decidir qué acciones de salud pública
deben ser o estar presentes, aunque se reconoce que la familia constituye un
escenario esencial de la crianza, también habría que aceptar que no es su único
nicho, pues demanda un escenario comunitario donde confluyan la acción de los
miembros de las familias y la articulación de actores sociales e
institucionales como redes de apoyo social. En el espacio público es donde
pueden atenderse intereses y necesidades que requieren tramitarse a través de
organización y participación para la generación de oportunidades en las
localidades concretas.
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